lunes, 28 de julio de 2014

Una Semana Santa igualmente distinta (I)

Esta vez voy a hablar en primera persona, ya que esta ha sido mi primera escapada de soltero con la AC. Esta entrada se la podría haber dedicado a mucha gente, porque en estos pocos días de Semana Santa estás con muchos amigos y familiares y te acuerdas de otros muchos que no están. Pero al final he decidido dedicársela a un amigo muy especial, mi amigo Rafa, mejor dicho, a mi amigo Rafita. Porque uno es lo que son sus raíces, y sus raíces y las mías están muy unidas, aunque mis ramas hayan ido buscando otros aires. Aún así, las primeras vivencias semanasanteras las recuerdo contigo, las primeras reuniones-discusiones cofrades las recuerdo contigo, los primeros gic-tonics del Domingo de Ramos fueron contigo. Por ello, y por tu amistad, me acuerdo hoy de ti amigo en la distancia, para decirte que no te olvido y que te echo de menos. Un abrazo campeón.
                                             

El retraso que llevamos en la publicación de nuestras escapadas con nuestra querida AC nos lleva a que estando en épocas veraniegas, vengamos a hablar de Semana Santa. Para los poco creyentes, ésta será una entrada poco atrayente (pareado no buscado; ufff, otro, esto promete). Todo lo contrario que a los "capillitas", que les hará recordar su época del año preferida. Aunque, tranquilidad, que habrá un poco de todo.

Llevaba tiempo queriendo publicar esta entrada. Ana no es muy amante de la Semana Mayor que digamos, y Bruno empieza a decantarse hacia mi bando (¡¡BIEN!!), pero aún así es pequeño todavía para tanto tute. Por ello, aprovechando la nueva adquisición, este año iba a disfrutar de mi querida Semana Santa andaluza con nuestra nueva AC. Otros años lo he hecho alojándome en casas de familiares, amigos o conocidos con el consiguiente engorro para ellos, pero este año era diferente. Tenía la herramienta perfecta para disfrutar de una de mis mayores pasiones. La Semana Santa tiene solo dos problemas: que dura una semana nada más (obviamente) y que ocurren muchas cosas interesantes en muchos sitios a la vez, sitios que son prácticamente inabarcables por distancia y tiempo, por lo que hay que seleccionar dónde vas y lo que quieres ver muy bien. Una AC es un salto de calidad con respecto a estos problemas ya que te permite estar en muchos sitios a la vez sin tener que preocuparte de dónde vas a dormir. Solo te tienes que preocupar de hacer kilómetros y que en el sitio que elijas no vaya a llover. Y por suerte, este año no íbamos a tener problemas con eso (no llovió en toda Andalucía durante toda la semana a excepción del Domingo de Resurrección, pero para esas fechas como quien dice ya estaba todo el pescado vendido).

Todo este rollo de preámbulo para decir que preparé una Semana Santa diferente con la AC, pero con la misma filosofía que en años anteriores (de ahí el título de la entrada). No decidí destinos hasta días antes (con las buenas previsiones meteorológicos en la mano), pero la idea original era ver cosas que no hubiera visto ya o que llevara mucho tiempo sin ver. Al final me decidí por el Lunes Santo en Córdoba, Martes Santo en Sevilla y Miércoles Santo en Granada. Y para ello me busqué al mejor acompañante que me he podido echar en estos últimos años, mi padre. De ello hablaremos ampliamente en la segunda parte de esta entrada.

El Domingo de Ramos este año sería distinto con respecto a todos los anteriores, ya que no recuerdo un día como este donde no viera alguna procesión o lo intentara. Este año sería diferente, sin pasos ni tronos, sin bullas, sin casi gente, disfrutando de otra de mis pasiones, el monte. Además, llevaría a cabo otro reto que tenía pendiente hace tiempo: subir al pico de la Maroma.

El resto de días de la Semana Santa la dedicaría a disfrutar de familia y amigos, que también de eso uno está necesitado.

Al final, la ruta que salió con la AC fue ésta:



Total de ruta (ida y vuelta): 1200 km.

Con éstas, el Jueves de Pasión, después del curro, tiramos carretera y manta con la AC hacia Torre del Mar, base de operaciones hasta los días clave y después de ellos.

Con respecto a Torre del Mar, tenemos que decir, porque todavía no lo hemos dicho, que ya es la segunda vez que vamos en AC y creemos que va a ser la última. A parte de que el coste en gasolina se dispara con respecto al coche y se tarda más en llegar al tener que ir más lento, el aparcamiento de autocaravanas en todo el término municipal de Vélez-Málaga (municipio al que pertenece Torre del Mar) está prohibido desde la 21h. hasta las 9h. del día siguiente. Medida ésta totalmente ilegal y desproporcionada con nuestro sector, patrocinada por algún empresario de camping de la zona que quiere tenernos retenidos en sus dominios en las mismas condiciones que un campista normal.

 ¡¡Qué suerte ha tenido este camping que le han puesto esta señal justo enfrente!!

Esta prohibición, a nosotros concretamente, visitantes habituales de la zona con casa, nos supone ciertos problemas ya que no es fácil aparcar la AC en alguna nave o parking privado en los días de estancia por Torre del Mar. Gracias a que mi "superconcu" conoce mucha gente y nos buscó un sitio donde dejarla, por lo que le damos las gracias otra vez. A posteriori hemos descubierto que existe un área para AC (36,72360, -4,13970) muy maja en la carretera de Torre del Mar a Almayate, Área de AMG Almayate, que por 3€ en temporada baja y 6€ en alta puedes dejar la autocaravana sin problemas. En próximas ocasiones que tengamos que traer la AC por fuerza mayor será la opción elegida, y los señores del camping de Torre del Mar que se fijen en nuestra AC por las fotos de este blog, porque va a ser la única forma en la que la van a ver.

Solucionado el problema del aparcamiento, llegó el Viernes de Dolores, día de muchos traslados en Málaga capital, en la que cada cofradía suele tener una casa de hermandad de donde parte su cortejo procesional el día concreto de Semana Santa, y el traslado a ella de sus titulares desde su sede canónica (de ahí su nombre) no deja de ser otra excusa para hacer otra pequeña procesión. Recorren su barrio, con banda de música incluida y algún que otro enser y hermano con vela. Teniendo en cuenta que en Málaga salen a la calle en Semana Santa más de 40 cofradías, en los días previos nos encontramos con un montón de "miniprocesiones" para ir abriendo boca. Y como mi padre y yo somos un "jartibles" de la Semana Santa, allá que nos fuimos el viernes por la tarde.

La tarde estuvo espectacular. Típica tarde de "capillitas". Carlocito y mucho ambiente cofrade por la calles.

Una foto publicada por Juan Luis Dueñas (@juanluisdufer) el

Traslado de Viñeros - C/ Mosquera.

Si a eso le sumas que Málaga la están dejando de dulce para pasear y que hacerlo me trae recuerdos imborrables de cuando viví en esta gran ciudad, la tarde fue una gozada. De los 10 traslados del día, vimos pocos la verdad, bien porque pillaran lejos o porque fueran en algunos casos dentro de la misma iglesia, pero de ver tronos ya montados y visitar iglesias nos hinchamos, que al fin y al cabo es lo que hace todo "capillitas" como segundo recurso.

Misterio del Cristo del Perdón, Cofradía de Dolores del Puente - Iglesia de Santo Domingo.

Submarino de La Estrella, Hermandad de Humillación y Estrella - Iglesia de Santo Domingo.

Misterio del Cristo de la Sangre, Archicofradía de la Sangre - Casa de hermandad de la Sangre.

El Sábado de Pasión suele ser como quien dice un "día de reflexión" ante lo que viene, sin nada especial. Pero este año iba a ser diferente, ya que conseguí engañar a mi padre para poder presentarnos al desfile de tronillos que se celebraba ese día en Vélez-Málaga. Este es un acto que está cogiendo mucho auge en una gran cantidad de pueblos con Semana Santa en los últimos años. Se trata de iniciar a los más pequeños en la fiesta y así conseguir que la cantera la mantenga en un futuro, ya que es lo que asegurará la persistencia de esta tradición en el tiempo. A parte de eso, es algo muy especial, ya que ves a familias enteras involucradas en crear sus propios tronillos, intentando imitar los más mínimos detalles de sus tronos preferidos. Y en Vélez-Málaga concretamente nos es pequeña la cosa, ya que participaron más de 50 tronillos y más de 1000 niños, todo ello acompañado con sus bandas de música pertinentes y recorrido oficial incluido. Nosotros juntamos un número importante de "hombrecillos y mujercillas de trono" y el resto del trabajo lo hicieron los papis y las mamis, aunque hay que decir que el director artístico de todo esto fue mi padre, quién si no. Por cierto, la imagen del Cristo la pintó mi suegra, que también es otra artista de las buenas. Al final, el resultado fue bastante decente, y Carlota, Curro, Lola, Jesús, Jaime, Alonso, Sonsoles, Micaela y Bruno se portaron como unos campeones llevando su tronillo hasta el final.

Montando el tronillo mi compadre, mi padre y mi concu.

Una foto publicada por Juan Luis Dueñas (@juanluisdufer) el
Poniendo flores.

Resultado final.

Una foto publicada por Juan Luis Dueñas (@juanluisdufer) el

Detalle del tronillo.

El monaguillo más guapo.

Ambiente previo a la salida de la comitiva - Parque de Andalucía en Vélez-Málaga.

Una foto publicada por Juan Luis Dueñas (@juanluisdufer) el

Aquí os dejo este vídeo donde se puede ver el esfuerzo, el ambiente y lo bien que lo pasamos.


El Sábado de Pasión fue diferente y el Domingo de Ramos también lo iba a ser. Como ya dije antes, no recuerdo un día como este donde no lo dedicara a ver alguna procesión o al menos intentarlo. En este caso no. Aprovechando las vacaciones y la cercanía de los amigos decidimos subir la Maroma. La Maroma es el monte más alto de la Sierra de Tejeda, dentro del Parque Natural de la Sierra de Tejeda, Almijara y Alhama con 2066m. de altitud. Todo el mundo la conoce como Maroma, pero su nombre real es Tejeda. La historia de su cambio de nombre es curiosa ya que en parte es debida a cordobeses como yo. Resulta que muy cerca de la cima hay una sima (cavidad muy grande y profunda en la tierra) donde antiguamente los autóctonos del terreno almacenaban la nieve que caía en invierno para poder tener hielo en verano (los llamados pozos de la nieve o neveros). Para acceder a ellos utilizaban una cuerda o soga de barco también llamada maroma, a través de la cual descendían y ascendían la sima y subían los fardos de hielo. Paralelamente, esa zona de la Axarquía recibió mucha emigración de cordobeses. Por si no lo sabéis, los cordobeses de "la capi" y de la campiña cordobesa sesean y los malagueños de esta zona cecean. Si un cordobés quiere decir cima, dirá sima. Y si un malagueño quiere decir sima, dirá cima. La confusión entre sima y cima hizo el resto y con Maroma se quedó.

Leyendas aparte, con buenas previsiones meteorológicas y el día por delante, allí que nos plantamos 6 valientes.

 De derecha a izquierda, Paco el sherpa, Carlos, mi cuñaíllo, mi compadre, Salva y yo - Vértice geodésico en la Maroma.

Una foto publicada por Juan Luis Dueñas (@juanluisdufer) el
 Más alto no se puede llegar en la Maroma.

Subimos por la ruta Sur que parte desde Canillas de Aceituno, llamada de los Pozos de la Nieve, aunque también se puede subir desde otros sitios como por ejemplo las Ventas de Zafarraya o Alcaucín. Según nuestro sherpa, ésta que hicimos es la ruta más dura aunque la más bonita. Yo no conozco las otras, pero ésta es espectacular. La pena fue que al llegar a la cima se nos plantó una nube delante y no pudimos ver como Dios manda las espectaculares vistas que hay desde allí. Como se dice en tales casos, habrá que volver para verlo.



Una foto publicada por Juan Luis Dueñas (@juanluisdufer) el
Objetivo Maroma.


Una foto publicada por Juan Luis Dueñas (@juanluisdufer) el
Contemplando las vistas con el Pantano de la Viñuela al fondo.

Tardamos más de 7 h en recorrer los algo más de 18 km de subida y bajada, salvando un desnivel de unos 1500 m. Para gente acostumbrada a andar por el campo no será nada, pero para la mayoría de nosotros fue un logró acabar, por eso el homenaje que nos pegamos después estuvo a la altura de lo conseguido. En el restaurante-asador La Maroma en Canillas de Aceituno (36,874679, -4,083170) nos dieron de comer como Dios manda. Comimos el típico chivo de la zona y muchas delicias más, pero lo mejor fue la compañía, comentando los pormenores de la ruta y disfrutando de lo conseguido. Al final, el día terminaba pareciéndose más a un Domingo de Ramos normal por el gin-tónic de la sobremesa. No es Domingo de Ramos sin gin-tónic, y esto no es de ahora por la moda, es una tradición que mantengo desde hace más de 15 años cuando vivía en Pozoblanco y salíamos a ver "la borriquita" con mis amigos del pueblo entre ellos a quién va dedicada esta entrada. ¡¡Cómo echo de menos esos ratos!!

Las buenas tradiciones no hay que perderlas nunca.

Bueno, y con esto, voy a dar por concluida esta primera parte de mi escapada semanasantera que al final ha resultado ser más larga de lo que esperaba. Si has llegado hasta aquí (que lo dudo), aún falta lo mejor, lo bueno, los días grandes. Pero para eso tendrás que ser paciente, que lo bueno siempre se hace esperar.
                                             

Si quieres leer la entrada que sigue a ésta, pincha aquí.

4 comentarios:

  1. Gracias por ponernos en tu blog. Todo un detalle. Sigue publicando. Lo leemos con entusiasmo. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Paco por tu comentario y por leernos. A ver si tenemos algo de tiempo y publicamos la salida a camping de Las Negras. Un abrazo.

      Eliminar
  2. Jajajaja!!! Con tu excelente narrativa has conseguido que reviva íntegramente esos días. Todo un lujazo vivir esas experiencias. Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias de nuevo Compadre por leernos y ser partícipe de nuestras experiencias. La verdad, que da gusto recordar los buenos momentos de vez en cuando. La salida de esta Semana Santa está pendiente.

      Un abrazo.

      Eliminar