domingo, 14 de junio de 2015

De Cabárceno a un txoko

La noche fue muy tranquila. Dormimos sin sorpresas. Todo lo contrario de lo que nos esperaba en nuestro 6º día de viaje #EnBuscaDelFresco de este verano pasado. Si te perdiste como llegamos hasta este punto no dejes de pinchar aquí.

El planing de la jornada era fácil: pasar el día en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno (Cantabria) y terminarlo cenando en un txoko bilbaíno con unos buenos amigos, uno de esos sitios donde todos los del sur hemos soñado con ir alguna vez a comer.

Como siempre, aquí tienes el plano con la ruta y los lugares de interés por si deseas ver su ubicación:

Total de km del 6º día: 173 km. Total acumulado de la ruta: 1373 km.

Desgraciadamente, el Parque de Cabárceno sería nuestra única parada en Cantabria esta vez, ya que esta bella tierra la conocíamos de otro gran viaje en 2004 y el objetivo principal de esta ruta eran los Pirineos como ya sabes, pero no queríamos dejar de visitar este parque que teníamos en el tintero. Y qué mejor que visitar un parque de animales que con un niño que flipa con ellos. Visita totalmente acertada.

Tras levantarnos en el área de ac´s de Colombres, nos dispusimos a realizar los escasos 70 km que nos separaban de nuestro destino. La noche anterior habíamos leído que en Cabárceno hay un área de ac´s con todos los servicios. Hubiera estado bien seguir carretera el día anterior y levantarse allí, ya que como verás el área está en un entorno natural magnífico, rodeada de árboles y hasta con lago. No es de extrañar que viéramos gente de picnic y bastantes autocaravanas y furgos.


Entorno del área de Cabárceno.

El área está un poco en pendiente así que aconsejamos usar el aparcamiento que hay al lado si quieres estar recto -ver mapa de la ruta-.

Habíamos leído en el blog amigo www.conpeques.com, que podíamos comprar las entradas al parque con un 10 % de descuento en el restaurante Los Elefantes -ver mapa de la ruta-. Así lo hicimos Bruno y papá, mientras mamá preparaba un riquísimo arroz con jamón del que pronto daríamos cuenta. En efecto, las entradas nos costaron 5€ menos que si las hubiéramos comprado en taquilla (45€ dos adulto en lugar de 50€ y los niños menores de 5 años no pagan). Parece caro, y de hecho lo es, pero al final merece mucho la pena. También decir que se puede sacar entrada de tarde un poco más barata para acceder desde las 16 hasta las 21 horas, momento en el que cierra el parque en estas fechas. El problema es que hay que ver mucho. Para más información pincha aquí.

El parque es gigante -más de 25 km de caminos asfaltados-. De hecho hay que recorrerlo en algún vehículo porque si no es imposible abarcarlo todo. Es lo más parecido a un "safari" que puedas hacer por estas tierras norteñas. El parque no deja de ser un zoo a lo grande, pero en contadas ocasiones te da la sensación de enjaulamiento de los animales, ya que en su mayoría se encuentran en parcelas bastantes extensas -a excepción de los animales más peligrosos como tigres, leopardos o gorilas-. Además, el entorno es precioso, con caminos serpenteantes por un paisaje de formaciones rocosas muy especial. Tú te vas desplazando con tu vehículo a tu libre albedrío. Hay mucho aparcamiento, zonas de picnic y sombras por todos lados. A modo de ayuda, en el mapa de la ruta está la miniruta que hicimos nosotros por el parque como buen ejemplo de que se puede ver casi todo sin prisas en un día.

La Pilote en la gloria y nosotros más.

El parque tiene dos entradas, la Este -donde se encuentra el área- y la Norte. Nosotros aconsejamos la primera ya que su acceso está menos concurrido. Esa es la que utilizamos nosotros para entrar y ya de primeras nos topamos con los elefantes. Y aquí es donde Bruno -y nosotros también por qué no decirlo- comenzó a darse cuenta de dónde nos habíamos metido. Teniendo en cuenta que el elefante es su animal favorito, no tenía palabras para expresar lo que sentía al ver tantos de carne y hueso. De hecho, es algo que le ocurre muy a menudo cuando está realmente sorprendido o emocionado, que se queda hipnotizado y mudo -y dejarlo mudo es difícil porque habla por los codos-.


Esa cara lo dice todo.

Hay que decir que como el lugar es un recinto privado, los vehículos circulan muy despacio para ver los animales y como tuvimos que estar constantemente subiéndonos y bajándonos de la ac, decidimos que Bruno fuera en el sofá del salón mirando por la ventana. Y eso le encantó. No paraba de decir mirando al mapa que nos dieron en la entrada: "¡¡papá, ahora vamos a ver a las cebras; mamá, ahora vamos a ver a los leones!!". ¡¡Qué ilusión más grande!!


Le van a gustar los mapas como a sus papis.

Ese mapa nos acompañó durante todo la ruta #EnBuscaDelFresco. Te puedes imaginar cómo acabó. Lo reconstruimos no sé cuantas veces. De hecho, todavía pregunta por él y aún lo conservamos como recuerdo. Aquí lo tienes en pdf para más información.

A veces, el mejor recuerdo de un viaje es aquello que menos te esperas.

Después de los elefantes intentamos ver los grandes felinos -guepardos y leones principalmente-. Y decimos "intentamos" porque estos animales son poco amantes de broncearse al sol. Su inactividad en estas horas hizo que los viéramos malamente.

Otro de los animales que más le gustó a Bruno fueron los Watusis, unas vacas con unos cuernos gigantes.

Esos cuernos nos son normales.

En la zona central del parque está el área de parada más grande de todas. Ahí puedes encontrar restaurantes, servicios, y un montón más de animales. Nosotros decidimos acercarnos a ver el espectáculo de cetrería, aunque el calor y el hambre nos hicieron desistir a mitad de espectáculo. Ya habíamos visto otro espectáculo similar en Terra Natura -Murcia-, así que decidimos seguir camino y buscar un sitio fresco para comer. Aún así, si nunca has visto un espectáculo así, merece la pena.


De camino vinieron las jirafas, las cebras, los rinocerontes y la fauna ibérica -ciervos, gamos etc. los cuales se ven dentro de la misma parcela en la que están; de hecho, aconsejan no bajarse del vehículo-.

Si no se vieran las casas al fondo podría pasar por el Serengeti.

Cuando llegamos a la zona de las especies cántabras, vimos un buen sitio para aparcar y descansar a comer. Mientras se cocía el arroz, aprovechamos para investigar la zona, ver las vacas tudancas y darle de comer hierba a unos asnos somalíes muy bonitos, que incluso se dejaron acariciar.



Arroz con jamón + sidra asturiana = mezcla perfecta.

Nos dio tiempo a echarnos hasta la siesta -bueno papá se quedó escribiendo mientras el resto descansaba-. Estas son el tipo de cosas que marcan la diferencia al viajar en autocaravana.

Cuando los durmientes despertaron, el tiempo había cambiado y comenzó a llover, por lo que el resto de la tarde fue menos lucida y lo que vimos lo hicimos más rápido y peor. Bien es cierto que casi nos quedamos solos en el parque ante la desbandada de visitantes por la lluvia, y eso le daba un cierto encanto, a la par que acojone, sobretodo si bajando una cuesta del 20 % de pendiente la ac te patina por la lluvia -cuidado en la parte alta del parque que es donde más carreteras empinadas hay-. Pero nada que no arreglase la alegría de coger el paraguas y ponerse unas botas de agua para saltar en los charcos al estilo Pepa Pig.


De lo que vimos, lo que más mereció la pena fueron los gorilas. Bruno lo flipó con los gorilas bebés y el macho lomo plateado. Como para no fliparlo si de buenas te encuentras un bicho así de frente.

Te estoy vigilando.

La tarde no mejoraba y básicamente nos dedicamos a ver los animales desde dentro de la AC. A la vista del panorama decidimos salir por donde entramos a las siete de la tarde después de casi 8 h en el parque y dar por concluida nuestra visita a este rincón de Cantabria que tanto nos había gustado, prometiendo volver con futuros retoños.

Nuestro próximo destino, otro de los hitos del viaje, Galdakao, localidad en la que se encuentra el txoko de nuestro amigo Josu. Para los profanos en el tema como nosotros éramos, diremos que un txoko no es nada más que un restaurante-bar privado regentado por una serie de socios que tienen derecho a su uso y disfrute -si tienes un amigo que es socio de un txoko, aprovéchalo, porque las plazas para pertenecer a uno están bastante cotizadas-. Seguro que has oído hablar de estas sociedades gastronómicas tan típicas en el País Vasco y Navarra, que tanta fama de comer bien y en abundancia tienen. Nosotros sí y no podíamos rechazar la invitación de nuestro amigo. Cada socio reserva día y prepara la comida a su gusto y para quien quiera. Es como tener un restaurante a tu disposición, con todo lo que tiene un restaurante. Lo que te bebas te lo pagas y luego lo recoges todo.

Excelente cocinero como buen vasco.

Al final somos 9 a cenar, Josu, Nerea, el pequeño Alain, amigos de Josu y nosotros. Echamos un ratito muy majo. Ellos se juntan todos los domingos y después de cenar juegan a la pocha, ven las motos, la F1, el partido del Atleti, en fin, lo que se hace en un bar pero en un ambiente mucho más familiar.

Después de una ensalada templada con gulas, setas y bacon, croquetas variadas, queso y un chuletón de ternera, pusimos fin a la velada con un gintonic casi las 1:30. Y Bruno aguantó despierto.

Esa noche dormimos al lado del txoko en un aparcamiento en la calle la mar de bien -ver mapa de la ruta-, recordando los buenos momentos del día y comentando lo que puede dar de sí una jornada viajando en ac. Y es que viajar alarga la vida, no te quepa duda.

Y recuerda, no te creas todo lo que decimos, y no porque mintamos, sino porque podemos equivocarnos y porque nuestra intención no es convencer, sino estimular el interés por lo que decimos. Investiga, comprueba, lee, viaja y saca tus propias conclusiones, y si quieres, compártelas con nosotros en los comentarios.
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Esta entrada se la queremos dedicar a nuestro amigo Josu, excelente anfitrión de esta jornada. Nadie diría dos meses antes de este viaje que compartiríamos mesa este día, pero es lo que tiene el pádel y la cerveza, que unen mucho. Gracias por dejarnos conoceros un poco más y os emplazamos a repetir esta cena, pero ahora por tierras malagueñas este verano. Larga vida a los cerveceros padeleros. Un abrazo campeón.


Si quieres leer la siguiente entrada del viaje pincha aquí.

2 comentarios:

  1. Hola amigos, nos ha gustado mucho vuestra entrada y le hemos dado difusión en nuestro blog enlazando a esta página!

    Saludos!

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    1. Muchas gracias Buena Ruta y un honor viniendo de un blog autocaravanista tan consolidado como el vuestro. Gracias por leernos y por darnos difusión. Nosotros también os seguimos. Un saludo.

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